¡Hola y adiós Cartagena! ¿Cómo es posible que el tiempo pase tan rápido?
Después de más de dos meses viviendo en esta maravillosa ciudad, lo único que podemos decir a toda Cartagena a través del blog es GRACIAS.
Gracias por recibirnos con los brazos abiertos desde antes de que llegáramos. Gracias por confiar en nosotros y darnos responsabilidades en las fundaciones donde hemos podido c

olaborar y aprender y compartir tantas cosas. Gracias a todos los que nos habéis enseñado los rincones más escondidos de la ciudad: los lugares más pobres, los más ricos, los más culturales, los más marchosos, los más marginados, los más soñadores y un largo etc. Aunque reconozco que todavía hoy no asimilo tanto contraste como el que hemos vivido estos dos meses creo que hemos podido disfrutar y saborear cada vivencia que nos habéis regalado. GRACIAS.
Es difícil expresar a veces todo lo que uno siente. Hoy aún más porque en este caso son sensaciones nuevas. Son sentimientos que cuestan identificar, así que ponerles palabras y darles sentido en un blog me resulta casi imposible. Antes de empezar este viaje, miro atrás e intento buscar 2 meses consec

utivos en mi vida que me hayan aportado tanto y no los encuentro. Con esto no quiero restarle importancia a mi pasado, ya que sin él no hubiese llegado hasta aquí, pero sí me ayuda a explicar lo que quiero decir. Parece mentira que en tan solo dos meses quepan tantas experiencias, tantas personas, tanto cariño, tanto aprendizaje y conocimiento, tantas sensaciones nuevas, TANTA VIDA! No sé muy bien lo que es, pero algo estamos haciendo mal en el “mundo occidental” que no funciona. Tenemos siempre tanta prisa que 24 horas en un día no son suficientes, que semanas de 7 días se hacen cortas y que nos pilla el toro sistemáticamente. Nuestra excusa para todo es “no tengo tiempo para más” y siempre lo decimos con cierta insatisfacción porque curiosamente lo que hemos dejado de hacer es lo que más nos apetecía o hemos dejado de lado temas personales importantes. Una de dos, o tenemos demasiadas obligaciones o somos unos pésimos administradores de nuestro tiempo (o una mezcla de ambas). La verdad es que una de las razones que me aterra de volver a Barcelona es volver a ese ritmo frenético. Cartagena es una ciudad costeña y como tal, su ritmo es caribeño. Las cosas van despacio porque sí. Cualquiera que venga con mentalidad occidental aquí se vuelve majareta. Yo desde luego, no estoy hecho para este ritmo, pero sí me ha enseñado a tomarme las cosas con más calma, con TIEMPO, y no os imagináis la cantidad de nuevos puntos de vista que uno obtiene de la cosas cuando hace las cosas con tiempo.

Tengo millones de ejemplos, pero os pondré uno cortito. Un día laboral en Cartagena empezaba a trabajar a las 8. Podría despertarme a las 7:30, ducharme corriendo, salir de casa y coger una mototaxi y plantarme en la oficina en 10 minutos. Pues NO. Me levantaba como a las 6, desayunaba sentado en la mesa de casa, hacía una corta meditación de 20 minutos con uschi, leíamos la prensa por internet y bajaba a la calle donde me tomaba un zumo de naranja de medio litro charlando con el vendedor, muy tranquilo. Luego iba andando a la parada de autobús y luego 20 minutos hasta la oficina. Os aseguro que en el autobús han nacido la mitad de las ideas que llevé a cabo en la fundación y todo esto porque tengo TIEMPO. Cuando llegaba a la oficina ya había vivido 2 horas!!
Imagino que todo esto que os cuento a muchos os sonará a chino, y diréis “claro, es que no tiene hijos” o “en Cartagena y en una fundación, todos tendríamos tiempo!” “Claro, como no tiene otra cosa que hacer que rascarse la barriga…” “ así cualquiera, en Cartagena no hay atascos!!”. Creedme que ninguna de esas excusas me convencería. He currado jornadas bastante largas con el 100% de mi compromiso, sin faltar ni un día, me he comido buenos atascos, hemos tenido una vida social bastante ajetreada, pero a pesar de todo casi siempre sacaba TIEMPO para lo más importante. Y si lo más importante funcionaba, todo lo demás rodaba solito! No sé qué será, ni cuál será la fórmula, pero han sido dos meses en Cartagena llenos de vida y de experiencias, llenos de sentido y de felicidad. Creedme que voy a pensar en esto y si saco conclusiones las compartiré con vosotros. Por lo pronto me vienen dos cosas a la cabeza: la primera es que tendemos a llenar nuestro tiempo con acciones, obligaciones y compromisos que carecen de sentido; y la segunda es que hacer cosas sabiendo que tienen una fecha final más o menos cercana hace que aproveches mucho más los días y sepas decir NO a todo aquello que no te interesa. Una va ligada con la otra. Prometo darle vueltas a todo esto y compartir conclusiones con vosotros.
Bueno lectores, tenemos que deciros que nuestra experiencia por el mundo está llegando a su final. Desde hace 5 días dejamos las fundaciones y nos despedimos de Cartagena para conocer un poco más este país y la idea es llegar en mayo a Barcelona. Hemos vuelto al mochileo y a la vida del viajero!! Vamos a intentar aprovechar al máximo esta recta final y a exprimirla a tope! Me gustaría que nos pusieráis algunos comentarios en el blog y que EXIJÁIS a uschi que vuelva a escribir, porque tiene abandonado al blog y a sus lectores y yo sé muy bien que sus artículos os encantan! Así que os invito a que os quejéis y además tendréis mi apoyo!
Ya tenemos ganas de contaros cositas nuevas de Colombia!!!
Aquí van unas
fotitos de Cartagena.
Un abrazo enorme a todos nuestros lectores y GRACIAS POR VUESTRO TIEMPO
Uschi y Roberto