Buenas a todos! Esta vez quiero compartir con vosotros un texto que me ha enviado mi tía Gina de Chile. La fuente no es muy fiable pero al parecer es una reflexión de una psicóloga chilena. Os dejo leer el texto y al final os apunto una pequeña reflexión personal íntimamente ligada a nuestro aprendizaje a lo largo de este viaje. Espero que os guste.
"Se nos cayeron muros y casas completas. Muchas cosas materiales a las que les teníamos cariño desaparecieron ante nuestros ojos sin que nada pudiéramos hacer. Perdimos seres queridos y de un momento a otro nos sentimos solos y desamparados.
Tanta importancia que le damos a la tecnología y nos costó días poder llegar a comunicarnos con zonas cercanas y lejanas. Volvimos a usar el lápiz y muchos de nosotros nos recriminamos por no sabernos los números de teléfonos y por no tener batería para comunicarnos.
Todo quedó a oscuras, todo quedo en silencio, como una invitación a mirar a lo más profundo de nuestra alma. ¿Cuántos se dieron cuenta quienes eran los que amaban y descubrieron con sorpresa y tristeza que a lo mejor una relación estaba irremediablemente rota?
Claramente no todos contábamos con radios a pilas, velas y todo lo que se nos dice que debemos tener en caso de estas situaciones. Muchos edificios no tenían cargados los sistemas de luz de emergencia, como que pensábamos que nunca íbamos a tener que ocuparlos.
Tuvimos miedo, pena, rabia, nos sentimos frágiles, pequeños y vulnerables. Todo esto sólo nos lleva a concluir que en esos minutos fuimos más que nunca verdaderamente humanos. Sin muletas, sin ataduras, sin dependencias. Desde nosotros tenían y debían salir todas las soluciones. Poco de lo de afuera nos servía.
La oscuridad nos hacia mirar sombras, bosquejos, nos invitaba a escuchar latidos, ritmos respiratorios, abrazos... El glamour, las "fachas" y las ropas dejaron de importar. Perdimos pudores, nos volvimos simples, sensitivos, empáticos y cariñosos.
Volvió el día y comenzamos a ver hacia afuera, todo lo cercano aparecía ante nuestros ojos y lo lejano se nos hacia inalcanzable. Sabíamos poco, muy poco de lo que pasaba.
Evaluábamos la realidad de acuerdo a lo que nos pasó a nosotros, nos faltaba perspectiva. Había miedo, inseguridad, curiosidad. Ganas de movernos, ansiedad por hacerlo.
No saber por donde empezar inundaba nuestras cabezas. Los más ansiosos, empezaron de inmediato, los más calmados muy de a poco. Algo nos decía que lo que había pasado era grave.
La radio, hermoso medio, nunca paró. Lo poco que sabíamos era por ellos. Gente con temple y valentía que merece un premio por el coraje de dejar a los suyos por el mandato de servir a otros traspasando sus propios miedos. Mil gracias a todos ellos.
El terremoto, fue como un gran colador que mostró lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Comenzaba el desafió de recuperar la sabiduría de los que no saben nada. Apareció una crisis valórica que tendremos que revisar cuando ya estemos en pie.
Los chilenos tenemos que aprender mucho de la solidaridad, de esa que no tiene que ver con campañas, esa de todos los días. Nos falta respetarnos y tolerarnos más. Aceptar que en la empatía esta la verdadera solidaridad.
Entender que donar cosas no implica hacer un orden de la casa y sacar lo que no nos sirve. El que haya llegado a la cruz roja un solo zapato en vez del par, es francamente digno de análisis. Y hay que sumar el hecho de que en una campaña solamente no se muestra nuestra capacidad para dar, eso es de todos los días.
Aquí hubo saqueos con plata y sin plata. Ambos imperdonables y reflejo perfecto de todo lo anterior. Tal vez esto muestra nuestra falta de desarrollo espiritual y nuestro extremo apego a las cosas.
Se nos cayeron las máscaras y los muros, aparecieron nuestras lágrimas, muchas veces expresadas en cuatro paredes. Aparecieron seres de luz haciendo campañas, ollas comunes y gestos de solidaridad que sin duda generaron una sonrisa en el rostro de DIOS.
El terremoto del alma es el más lento de sanar. No nos sirve para ello, el dinero, la tecnología y tantas otras cosas de las cuales nos apoyamos. Todo nos sirve y nos ayuda pero tendremos que pararnos desde adentro para que lo que construyamos afuera sea de una solidez que el próximo remezón no sea capaz de botar.
Usemos el humor, la fe y los afectos, creo que con esto el camino se hará más fácil para todos."
¿Que os ha parecido el texto?
La reflexión que hace esta mujer es lo más parecido a la meditación que yo he experimentado. Muchos me dicen, "pero qué es eso de meditar??" "tu estás loco!" "Flotas y levitas?". Pues no, nada de eso! Para mi meditar es simplemente escucharte por dentro, hacerte preguntas simples y complejas y tomarte tiempo en contestarlas. Es una disciplina mental. Es hablar con uno mismo. Es el verdadero silencio, el arma personal más poderosa que hay en este mundo y que tantas personas tratan de privarnos. La meditación me ha permitido desapegarme de cientos de cosas y ver las cosas desde otra perspectiva. Una perspectiva mucho más humana y desnuda de etiquetas que otros colocan. Un cambio de prioridades en la vida.
Muchas personas necesitan llegar a una situación extrema para darse cuenta de lo que vale esta vida y de lo corta que es. Muchos aprovechan esas situaciones para hacer un giro de 180 grados y empezar a escucharse a si mismo y darse cuenta de que somos HUMANOS y no máquinas.
Son muchas las personas que han empezado su camino espiritual a raíz de "tocar fondo" en esta vida. Yo he tenido la suerte de encontrar el principio de este camino (digo principio porque soy apenas un novato) sin haber tocado fondo. Todo lo contrario! Lo encontré cuando creía que estaba en la cresta de la ola. Y estoy eternamente agradecido.
Con esta corta reflexión solamente pretendo que algunos entendáis lo que para mi es la espiritualidad y que algunos veáis que es algo muy simple y cercano. Ni vuelas, ni levitas, ni te quedas en blanco 3 horas. Es algo humano y natural y que todos podemos hacer. Y que no hay que esperar a tocar fondo para empezar porque es muuuuucho más difícil!
SIEMPRE es un buen momento para empezar a "meditar" y encontar ese "otro" camino que tanto deseamos y que casi nunca empezamos.
Por favor, ponedme comentarios que me hará ilusión saber que habéis llegado hasta el final de todo este ladrillo que os he escrito!!!
Besos desde cartagena
ROBERTO
"Se nos cayeron muros y casas completas. Muchas cosas materiales a las que les teníamos cariño desaparecieron ante nuestros ojos sin que nada pudiéramos hacer. Perdimos seres queridos y de un momento a otro nos sentimos solos y desamparados.
Tanta importancia que le damos a la tecnología y nos costó días poder llegar a comunicarnos con zonas cercanas y lejanas. Volvimos a usar el lápiz y muchos de nosotros nos recriminamos por no sabernos los números de teléfonos y por no tener batería para comunicarnos.
Todo quedó a oscuras, todo quedo en silencio, como una invitación a mirar a lo más profundo de nuestra alma. ¿Cuántos se dieron cuenta quienes eran los que amaban y descubrieron con sorpresa y tristeza que a lo mejor una relación estaba irremediablemente rota?
Claramente no todos contábamos con radios a pilas, velas y todo lo que se nos dice que debemos tener en caso de estas situaciones. Muchos edificios no tenían cargados los sistemas de luz de emergencia, como que pensábamos que nunca íbamos a tener que ocuparlos.
Tuvimos miedo, pena, rabia, nos sentimos frágiles, pequeños y vulnerables. Todo esto sólo nos lleva a concluir que en esos minutos fuimos más que nunca verdaderamente humanos. Sin muletas, sin ataduras, sin dependencias. Desde nosotros tenían y debían salir todas las soluciones. Poco de lo de afuera nos servía.
La oscuridad nos hacia mirar sombras, bosquejos, nos invitaba a escuchar latidos, ritmos respiratorios, abrazos... El glamour, las "fachas" y las ropas dejaron de importar. Perdimos pudores, nos volvimos simples, sensitivos, empáticos y cariñosos.
Volvió el día y comenzamos a ver hacia afuera, todo lo cercano aparecía ante nuestros ojos y lo lejano se nos hacia inalcanzable. Sabíamos poco, muy poco de lo que pasaba.
Evaluábamos la realidad de acuerdo a lo que nos pasó a nosotros, nos faltaba perspectiva. Había miedo, inseguridad, curiosidad. Ganas de movernos, ansiedad por hacerlo.
No saber por donde empezar inundaba nuestras cabezas. Los más ansiosos, empezaron de inmediato, los más calmados muy de a poco. Algo nos decía que lo que había pasado era grave.
La radio, hermoso medio, nunca paró. Lo poco que sabíamos era por ellos. Gente con temple y valentía que merece un premio por el coraje de dejar a los suyos por el mandato de servir a otros traspasando sus propios miedos. Mil gracias a todos ellos.
El terremoto, fue como un gran colador que mostró lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Comenzaba el desafió de recuperar la sabiduría de los que no saben nada. Apareció una crisis valórica que tendremos que revisar cuando ya estemos en pie.
Los chilenos tenemos que aprender mucho de la solidaridad, de esa que no tiene que ver con campañas, esa de todos los días. Nos falta respetarnos y tolerarnos más. Aceptar que en la empatía esta la verdadera solidaridad.
Entender que donar cosas no implica hacer un orden de la casa y sacar lo que no nos sirve. El que haya llegado a la cruz roja un solo zapato en vez del par, es francamente digno de análisis. Y hay que sumar el hecho de que en una campaña solamente no se muestra nuestra capacidad para dar, eso es de todos los días.
Aquí hubo saqueos con plata y sin plata. Ambos imperdonables y reflejo perfecto de todo lo anterior. Tal vez esto muestra nuestra falta de desarrollo espiritual y nuestro extremo apego a las cosas.
Se nos cayeron las máscaras y los muros, aparecieron nuestras lágrimas, muchas veces expresadas en cuatro paredes. Aparecieron seres de luz haciendo campañas, ollas comunes y gestos de solidaridad que sin duda generaron una sonrisa en el rostro de DIOS.
El terremoto del alma es el más lento de sanar. No nos sirve para ello, el dinero, la tecnología y tantas otras cosas de las cuales nos apoyamos. Todo nos sirve y nos ayuda pero tendremos que pararnos desde adentro para que lo que construyamos afuera sea de una solidez que el próximo remezón no sea capaz de botar.
Usemos el humor, la fe y los afectos, creo que con esto el camino se hará más fácil para todos."
¿Que os ha parecido el texto?
La reflexión que hace esta mujer es lo más parecido a la meditación que yo he experimentado. Muchos me dicen, "pero qué es eso de meditar??" "tu estás loco!" "Flotas y levitas?". Pues no, nada de eso! Para mi meditar es simplemente escucharte por dentro, hacerte preguntas simples y complejas y tomarte tiempo en contestarlas. Es una disciplina mental. Es hablar con uno mismo. Es el verdadero silencio, el arma personal más poderosa que hay en este mundo y que tantas personas tratan de privarnos. La meditación me ha permitido desapegarme de cientos de cosas y ver las cosas desde otra perspectiva. Una perspectiva mucho más humana y desnuda de etiquetas que otros colocan. Un cambio de prioridades en la vida.
Muchas personas necesitan llegar a una situación extrema para darse cuenta de lo que vale esta vida y de lo corta que es. Muchos aprovechan esas situaciones para hacer un giro de 180 grados y empezar a escucharse a si mismo y darse cuenta de que somos HUMANOS y no máquinas.
Son muchas las personas que han empezado su camino espiritual a raíz de "tocar fondo" en esta vida. Yo he tenido la suerte de encontrar el principio de este camino (digo principio porque soy apenas un novato) sin haber tocado fondo. Todo lo contrario! Lo encontré cuando creía que estaba en la cresta de la ola. Y estoy eternamente agradecido.
Con esta corta reflexión solamente pretendo que algunos entendáis lo que para mi es la espiritualidad y que algunos veáis que es algo muy simple y cercano. Ni vuelas, ni levitas, ni te quedas en blanco 3 horas. Es algo humano y natural y que todos podemos hacer. Y que no hay que esperar a tocar fondo para empezar porque es muuuuucho más difícil!
SIEMPRE es un buen momento para empezar a "meditar" y encontar ese "otro" camino que tanto deseamos y que casi nunca empezamos.
Por favor, ponedme comentarios que me hará ilusión saber que habéis llegado hasta el final de todo este ladrillo que os he escrito!!!
Besos desde cartagena
ROBERTO